domingo, 15 de diciembre de 2013

Descartes: "Meditaciones metafísicas".


Lectura: Meditaciones metafísicas

 

Creador del racionalismo y padre de la filosofía moderna, hablar de la obra de Descartes es adentrarse en uno de esos trabajos que han pasado a formar parte del canon de la cultura universal, como bien dice Guillermo Graíño Ferrer en la introducción a sus Meditaciones metafísicas de la edición de Alianza editorial.

Un ensayo que empieza con un primer capítulo titulado “A los señores decanos y doctores de la Sagrada Facultad de Teología de París” en el que el autor, bajo mi punto de vista, prepara a los poderes religiosos de la época para lo que van a leer, seguramente prevenido de los problemas que había tenido Galileo. Así, deja claro que Dios existe y que la distinción entre alma y cuerpo es evidente, pero para evitar el escepticismo de las demostraciones per se, se dispone a enhebrar su filosofía desde las bases primeras.

Y así, antes de desarrollar propiamente su obra, sigue con un prefacio en el que fundamentalmente prepara al lector para lo que viene: “… no aconsejaré jamás a nadie que lo lea, sino aquellos que quieran meditar conmigo seriamente, y que puedan desprender su espíritu del trato con los sentidos y liberarlo de toda clase de prejuicios,  y de sobra sé que los tales son más bien pocos”. Siguiéndole un breve resumen de las seis meditaciones que después desarrolla ampliamente, demostrando su carácter metódico y dado a la sistematización, claramente desarrollado por su fijación por construir una ciencia matemática de la naturaleza.

 

Meditación primera. De las cosas que pueden ponerse en duda.

Este capítulo podría resumirse con la frase “de la duda radical a la certeza total”. Empieza explicando que desde su niñez ya empezaba a percibir que le llegaban opiniones falsas y que debía deshacerse de todas ellas y empezar todo de nuevo desde los fundamentos: “destruir en general todas mis antiguas opiniones”; para construir un conocimiento del que no pudiera surgir duda alguna. Para ellos debía dudar de todo aquello que le llegara por los sentidos: “a veces he experimentado que esos sentidos me engañaban, y es prudente no fiarse nunca enteramente de quienes alguna vez han engañado”. De la misma manera, entendía que debía asirse de aquello que fuera completamente indubitable, como la geometría y las matemáticas en general, dado que: “esté yo dormido o despierto, dos y tres sumarán siempre cinco”.

 

Meditación segunda. De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo.

Este capítulo podría resumirse con la frase “pienso, luego existo”.

Empieza partiendo de la misma base de la meditación primera, a saber, dudando de todo para avanzar con paso firme sobre conocimientos que de ninguna manera puedan ser puestos en duda. Y así, llega a la conclusión que: “…si he pensado algo es que era” y por lo tanto “…yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera todas las veces que la pronuncio o la concibo en mi espíritu”. Es decir, que si soy capaz de pensar en mi existencia, esta es real, lo que nos lleva al famoso “cogito ergo sum” que al inicio resaltaba.

 

Meditación tercera. De Dios; que existe.

Este capítulo podría resumirse con la frase “Dios existe porque yo lo pienso”.

Fiel a su método sistemático, avanza en sus meditaciones basándose en las anteriormente enumeradas, es decir, dejando claro de nuevo que la duda metódica es su forma base de trabajo y que si algo es pensado es que existe, siendo nosotros “… una cosa que piensa  y que por tanto, “todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente son verdaderas”.

Continúa su argumentación diferenciando entre las ideas que representan substancias y accidentes, dándole a las primeras un rango de realidad objetiva mayor, derivándose de todo ello la existencia de Dios como indubitable, al ser este la substancia pura, sin modos o accidentes posibles: “… es más, aquella por la cual concibo un Dios soberano, eterno, infinito, inmutable, omnisciente, omnipotente y creador universal de todas las cosas que están fuera de él, ésta, digo, tiene ciertamente más realidad objetiva en sí que aquellas por las cuales las substancias finitas me son representadas”.

Avanzada su meditación tercera, se reafirma en la existencia de Dios al entender que siendo los seres humanos substancias finitas, si pensamos en una substancia infinita como es Dios, es imposible que ese pensamiento pueda venir de nosotros mismos, que ese pensamiento debe haber sido introducido por Dios en nuestro ser: “…¿cómo podría yo saber que dudo y deseo, es decir, que me falta alguna cosa y que no soy del todo perfecto, si no tuviese en mí alguna idea de ser más perfecto que el mío, en comparación del cual advirtiese los defectos de mi naturaleza?” y “… es propio de la naturaleza de lo finito el que mi naturaleza, que es finita y limitada, no pueda comprenderlo”.

 

Meditación cuarta. De lo verdadero y de lo falso.

Este capítulo podría resumirse con la frase “la verdad es Dios y conocer la realidad es acercarse a él”.

Descartes sigue dudando de todo y sigue avanzando en la idea de que aquello que es pensado existe y que, por tanto, los seres humanos existimos y Dios, “como lo máximo que puede ser pensado” (me permito la licencia de parafrasear el argumento ontológico de San Anselmo), no sólo existe, sino que es la base para el conocimiento de todo lo demás.  Así, desarrolla su cuarta meditación de forma muy platónica, al entender que, partiendo de la base que el error no puede provenir de Dios, porque este es esencia pura de bondad, es un ser infinito que incluye la absoluta perfección  y, por tanto, la falta de malicia, éste se produce al ser nosotros un camino intermedio entre la nada y el todo. Así, el error es situado en dos causas, que son el entendimiento o capacidad de conocer y la voluntad o facultad de elegir: “… no es una imperfección en Dios el otorgarme la libertad de dar o no dar mi juicio sobre ciertas cosas en las que no ha puesto en mi entendimiento un conocimiento claro y distinto; pero sin duda, sí es una imperfección en mí el no usarla bien y dar temerariamente mi juicio sobre cosas que no concibo más que con oscuridad y confusión”.

Finalmente ahonda en una de las partes fundamentales de su método de trabajo sistemático: “… lo que debo hacer para alcanzar el conocimiento de la verdad… detengo mi atención lo suficiente en todas las cosas que concibo perfectamente, y las separo de las que no comprendo más que confusión y oscuridad”.

 

Meditación quinta. De la esencia de las cosas materiales; y otra vez de Dios, que existe.

Este capítulo podría resumirse con la frase “las matemáticas demuestras la existencia de Dios y viceversa”.

La quinta meditación empieza profundizando en el platonismo de base, que en la cuarta meditación ya se vislumbra, al ver a Dios como la máxima idea, la luz absoluta del conocimiento. De esta manera, las cosas materiales se conocerán desde una tabula plena que vamos descubriendo y que nos retrotrae inmediatamente al mito del carro alado: “…estas cosas y otras semejantes cuya verdad aparece con tanta evidencia y se acomoda tan bien a mi naturaleza que, cuando empiezo a descubrirlas, me parece que no aprendo nada nuevo, sino más bien que recuerdo lo que ya sabía anteriormente, es decir, que me apercibo de cosas que ya estaban en mi espíritu, aunque aún no hubiese yo dirigido a ellas mi pensamiento”.

Desarrolla su argumento hablando de como las figuras geométricas como el triángulo existen y son verdaderas precisamente porque al pensarlas y demostrarlas como verdaderas, se demuestra que son algo. Si las matemáticas, concluye, son verdaderas y por tanto existen y son algo, de la misma manera Dios también debe existir, más todavía, como ser perfecto en acto que es. Y se cura en salud respecto a los “discípulos” de Montaigne poniendo como ejemplo el caballo con alas, que puede ser pensado pero no existe, cosa que con algo perfecto como Dios es inaplicable, porque no puede pensarse y no existir: “…pues no concierne a mi libertad el concebir un Dios sin existencia (es decir, un ser soberanamente perfecto sin una soberana perfección), como si soy libre de imaginar un caballo con o sin alas”.

 

Meditación sexta. De la existencia de las cosas materiales, y de la distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre.

Este capítulo podría resumirse con la frase “lo que existe puede ser hallado científicamente”.

En su última meditación, Descartes examina la existencia de las cosas materiales y para ello, después de repetir las consignas anteriores, a saber, que la existencia de la geometría y de Dios como suma perfección existen y son, entra en la diferenciación entre lo imaginado y lo existente. Para ello se vale del ejemplo del quiliógono y el triángulo y como ambos pueden ser imaginados y reales, pero sólo el segundo se asegura la semejanza entre la realidad e imaginación, hallando en la capacidad de representación fiel de una realidad en nuestra mente la diferencia entre imaginación y realidad.

Avanza en su sexta meditación retrotrayéndose a la segunda meditación al decir que su esencia es ser una cosa pensante: “…concluyo que mi esencia consiste en esto solo: en ser una cosa que piensa o una substancia cuya esencia o naturaleza toda no es sino la de pensar”.

Divide definitivamente el alma y el cuerpo: “…puesto que, por un lado, tengo una clara y distinta idea de mí mismo en tanto que soy una cosa pensante y no extensa, y por otro, no tengo una idea distinta del cuerpo en tanto que es una cosa extensa que no piensa, es cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy, entera y verdaderamente  distinta de mi cuerpo, y puede existir sin él”. Pero explica que pese a no ser lo mismo avanzan estrechamente ligados: “…no sólo me hospedo en mi cuerpo como un piloto en su navío, sino que, además de eso, estoy unido a él muy estrechamente y de tal forma confundido y mezclado que compongo con él como un solo todo”. Todo esto con el objetivo de llegar a la conclusión de que las cosas materiales que son reales se encuentran en los propios cuerpos y son descifrables mediante las matemáticas:             “… todas las cosas que concibo clara y distintamente, es decir, hablando en general, todas las cosas que caen dentro del objeto de la geometría especulativa, se encuentran verdaderamente en los cuerpos”. Definitivamente vislumbrando el primigenio objetivo del filósofo, que no era otro que construir una ciencia universal con rango de verdad necesaria, en un momento en el que la escolástica decaía por su propio peso pero mantenía con fuerza su poder censor.

lunes, 17 de junio de 2013

La fuerza de la palabra.

"Una palabra puede ser una caricia o un arma, por eso hay que utilizarlas con responsabilidad”



El diálogo, la lectura y la escritura nos cambian la vida, es el subtítulo del libro La Palabra al Desnudo, de Sergio Sinay. En él, el reconocido escritor, periodista y consultor en vínculos humanos aborda uno de los temas elementales de la humanidad: la forma en que interpretamos el mundo y nos comunicamos. NOTICIAS POSITIVAS mantuvo una larga charla con el autor sobre esta temática: “Desde siempre, la palabra es mi herramienta de trabajo, pero también de exploración y relación con el mundo. Es clave para conectarme con las personas que trato”, destacó.
Sergio.Sinay.1-NOTICIAS.POSITIVASPara Sinay, la importancia de la palabra está dada en su carácter de creadora del mundo, “no físicamente, sino que lo crea para la experiencia humana de vivir el mundo. Una palabra mal empleada, o mal escrita, o de la cual no se conoce el sentido, da lugar a un mundo deforme. Si deformamos el lenguaje, deformamos el mundo que habitamos”. En este sentido, detalló que cuando la palabra nombra al objeto, éste se incorpora a la experiencia humana. “No es que sin la palabra no existirían físicamente los objetos; por ejemplo; el mundo podría estar lleno de elefantes, pero no formarían parte de nuestro conocimiento y nuestra experiencia hasta que no pudiésemos nombrarlo”. De este modo, al nombrar podemos incorporar esa realidad a nuestro registro y así hacerla inteligible.
A su vez, la palabra sirve para conectarnos con los otros: “Los seres humanos nos necesitamos los unos a los otros para existir y el diálogo es fundamental. Cada uno de nosotros cuando llega al mundo recibe un nombre, y un nombre es una palabra. La palabra que nos nombra. Un nombre siempre va a haber para todos, porque para que algo exista hay que nombrarlo”.

En esta temática que Sinay desarrolla a lo largo de su obra, se destaca una amenaza presente en nuestra comunicación: “Cada vez usamos menos palabras y así empobrecemos nuestro lenguaje”. En esta acción de reducir nuestro lenguaje se reducen las posibilidades de nombrar y poder conocer así todos los matices de nuestra realidad.
A su vez, cada palabra tiene un significado semántico pero también un significado emocional. “El semántico es un código en el cual casi seguro vamos a coincidir, pero el significado emocional no está en ningún diccionario porque es lo que liga a la palabra con una experiencia. La memoria a largo plazo está asociada a experiencias y se fija desde lo emocional, no desde lo intelectual. Todos vamos construyendo un vocabulario y, aunque no lo sepamos, de alguna manera está cimentado por nuestras experiencias emocionales. Si escuchamos bien a quien habla podemos incluso saber lo que siente”.
Teniendo en cuenta el significado emocional, en la vida de las palabras sus significados varían, “las palabras no tienen el mismo significado entre generaciones porque son distintos significados emocionales, palabras que antes eran insultos ahora son comodines, son muletillas que aparecen repetidas para rellenar la frase. Como si no alcanzaran las palabras”.

Sinay sostuvo que la pobreza del lenguaje es una cuestión de cómo se piensa, “nosotros podemos empezar a contar cosas de nuestra historia desde los 3 años, no porque antes no nos hayan pasado cosas sino porque no teníamos el lenguaje organizado, entonces no había forma de narrar las experiencias”. En este sentido, nuestra memoria transmisible está relacionada con el momento en que empezamos a tener un lenguaje organizado.
Sergio.Sinay.3-NOTICIAS.POSITIVASAsí, resaltó, una vez más la importancia de la palabra: “Se piensa en palabras, se transmite en palabras, para nosotros es un patrimonio. Cuando arrancó la humanidad hubo que construir la palabra y se tardó mucho tiempo, no hay que perder el lenguaje porque volver al momento anterior a la palabra es volver al garrote”.
Finalmente, Sergio Sinay nos brindó una última reflexión para atesorar: “Ninguna palabra es una casualidad. Una palabra puede ser una caricia o un arma, por eso hay que utilizarlas con responsabilidad. No podemos usar así no más la palabra, sería una falta de respeto al otro ya que la palabra es un puente hacia el otro y revelaría poco interés en saber dónde vivimos y en explorar el escenario en el que va a tener lugar nuestra existencia”.
 
 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Salir de la crisis.

Las previsiones económicas de todos los estamentos que nos gobiernan en la sombra, por cierto, una sombra cada vez más alargada y menos evidente que sea sombra, dicen que España crecerá en 2014 y empezará a crear empleo. El Gobierno en masa sale a la palestra a celebrar los designios divinos del FMI y el BM y todos debemos saltar de alegría en nuestras casas mientras vemos los telediarios de la primera cadena pública.
¡A consumir! Parece que deberíamos todos animarnos de nuevo a salir a la calle a arrasar los centros comerciales y a no dejar para mañana lo que podamos comprar hoy. Felicidad, alegría y dicha, por fin mis familiares, amigos y conocidos duramente golpeados por esta situación injusta, podrán volver a recuperar la dignidad de sus vidas.
Pero analicemos la letra pequeña y aprendamos a hacerlo ahora después de saber que las preferentes o las cláusulas de suelo hipotecarias, entre otras prácticas abusivas, estaban aceptadas por los mecanismos de control y supervisión del Estado.
Mientras nos venden desde las cadenas públicas toda clase de fantasías a elegir: por un lado una situación económica a corto plazo de Bambi y por el otro un viaje al país de las Masravillas, nos encontramos desde el debate sereno que nos espera un tiempo en el que ser mileurista será un privilegio, en el que reclamar algún tipo de derecho laboral será motivo de despido inmediato y gratuito. Un tiempo de inestabilidad en el que la clase trabajadora quedará todavía más supeditada a los designios del capital, en el que los minijobs alemanes serán el modelo precario de trabajo a importar, un modelo en el que no competiremos por haber evolucionado en investigación y desarrollo sino por haber devaluado hasta el máximo soportable los costes laborales.
Un patrón en el que los índices macroeconómicos volverán al equilibrio pero en el que las economías domésticas seguirán con tremendas dificultades para llegar a final de mes. En el que los jóvenes seguirán con grandes dificultades para emanciparse, en el que nuestros mayores cobrarán pensiones (si las cobran) que no les llegará ni para medicinas. En definitiva, en el que el Estado del bienestar dejará paso al Estado del sobrevivir. Y encima tendremos que dar gracias después de haber experimentado una situación tan dramática.
Un nuevo triunfo, por tanto, del desequilibrio cada vez más manifiesto entre los beneficios del capital y el trabajador dentro del proceso productivo. Un nuevo trasvase dinerario de las clases populares hacia las rentas del capital para que en su opulencia haga ¿el qué? ¿Crear tejido productivo y economía real, fuente de riqueza a medio plazo con unas políticas redistributivas adecuadas? ¿O para seguir con las prácticas especulativas anárquicas basadas en la codicia más absoluta de las que el mismo Adan Smith renegaría enérgicamente y que han creado esta situación de miseria e indignidad?
Aprendamos la lección y por como estamos ahora y por como estaremos cuando nos recuperemos de la crisis, no cabe otra que organizarse y plantar cara. O eso o volver a las condiciones laborales de la Revolución industrial. El capital se ha globalizado y organizado y los trabajadores nos hemos aislado e individualizado. Reflexionemos para poder defendernos mejor.

Publicado en:
-    http://www.societatjustadespi.com/tag/daniel-perales/

martes, 14 de mayo de 2013

Un día "enganchado" a Youtube.

Me encanta empezar la mañana con una buena canción de Macaco como “Moving” , disponiendo de su letra en el propio vídeo es fundamental para afrontar el día con energía y buen humor:

Nada como tomarse un café disfrutando de la explicación de Carl Sagan sobre los principios del pensamiento filosófico y científico a través de su conciso documental:

Una vez en clase, disponer de un Power Point narrado a través de Youtube que en 7’ me sirve para hacer una introducción sobre el Imperio Romano a mis alumnos me facilita mucho las cosas:

Es la hora del patio para los chavales y por tanto mi momento de relax. Aprovecho para corregir faenas pendientes mientras relajo mis constantes vitales con música relajante acompañadas de imágenes playeras que me retrotraen al verano:
Y vuelta a la guerra, justo antes le echo un vistazo a un vídeo tutorial de 3’ sobre expresión corporal y creativa para niños que me ha recomendado una compañera y utilizo lo que me explica para refrescar lo aprendido en Magisterio:

Y ahora toca ponerlo en práctica, y nada mejor para esta actividad que un poco de ritmos africanos:

Acabada la última clase de la mañana, los alumnos se marchan a comer a casa y aprovecho para ver una clase subida a Youtube desde la Unir sobre Filosofía medieval que tenía pendiente:

Y enlazo rápidamente con una película que tenía en mente ver, Sócrates de Rossellini, algo lenta, pero ejemplificadora de la revolución para el pensamiento universal que supuso esta figura:

Justo acaba la película que llegan los alumnos con energías renovadas para afrontar la ya calurosa tarde primaveral. Esta tarde toca Geografía, en concreto las provincias de España. Decido que nada mejor para introducir el tema que ponerles un timelapse del montaje de un puzle de madera sobre el tema, dejándolo de fondo de pantalla para que elaboren su propio mapa en papel vegetal:

Toca recoger la parada. Llego a casa, me calzo las zapatillas, me pongo un vídeo “friqui” motivacional, de esos en inglés (parece que si es en lengua extranjera el efecto es más potente):


Y me recorro 10 quilómetros disfrutando de mis sensaciones y de recorrer el día con mis pensamientos. Mientras llegaba a casa se me enciende la bombilla (es lo que tiene el subidón de endorfinas) y encuentro un tema apropiado para hacer una entrada en mi blog de humanidades. Creo que lo voy a titular: Un día feliz recurriendo a Youtube.
Yo creo que será del agrado de la profesora.
Ahora toca dormir y nada mejor para eso que una nana:

¡Buenas noches!

lunes, 29 de abril de 2013

Terrorismo social

Publicado en:

http://www.vozbcn.com/2013/03/24/139180/terrorismo-social-daniel-perales/

http://alternativaciudadana.es/index.php?option=com_content&view=article&id=14823:dani-perales&catid=137:tribuna-nacional&Itemid=39


Las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros, desde la llegada al poder del PP, son tan esperadas como temidas por la ciudadanía. Quien ríe el viernes, llora en domingo, dice el refranero popular, al que yo le añadiría que ni en el propio viernes nos dejan reír.
Y es que este final de semana ha sido especialmente doloroso para mí, seguramente porque se ha tratado un tema que desgraciadamente conozco de primera mano. Escuchar la bien lograda ingeniería verbal de Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, para enmascarar la estafa perpetrada por los bancos a personas como mi abuela que no saben ni leer ni escribir, en el escándalo de las preferentes, ha sido la gota que ha colmado un vaso que ya andaba bastante cargado.
Resulta que las entidades bancarias, además de ejercer un papel importante en la creación de una burbuja inmobiliaria cuyas consecuencias estamos pagando cruelmente, se dedicaron a vender productos financieros de alto riesgo a pensionistas y pequeños ahorradores, que confiaron en aquellos que les ofrecieron un interés interesante a plazo fijo y con disponibilidad absoluta del capital.
Miles de personas humildes perderán los ahorros de toda la vida de forma injusta y el Gobierno únicamente es capaz de sacar a la palestra a su insigne ministro para que les venga a decir que jugar en la bolsa es lo que tiene, que altos rendimientos siempre van ligados a altos riesgos. Con total rotundidad afirmo que los mejores consejos que jamás he recibido han venido por parte de mi maravillosa abuela, pero con igual vehemencia ratifico que ni rendimiento ni riesgo son conceptos que ella asimile a su economía doméstica. Imagino que una pensión de viudedad tampoco da para grandes juegos bursátiles.
Y en estas, uno tiene que leer que algunos políticos se quejan de que les persigan hasta sus casas mediante el ya famoso escrache nacido en Argentina cuando el corralito. Si estamos volviendo a la época de los códigos arcaicos en los que las leyes se diferenciaban claramente entre poderosos y humildes, ¿no es incongruente quejarse de que la gente pueda llegar a tomarse la justicia por su mano ante unos representantes que en vez de defenderles les hunden en la miseria cada día más?
Estamos llegando a un punto en el que empiezo a creer que únicamente la presión social asfixiante puede acabar con estos listos. Y estoy a un paso de llegar a justificar acciones más contundentes contra estos terroristas sociales. Nunca he creído en la violencia para solucionar ningún conflicto, pero tampoco creo que poner la otra mejilla sea la solución en estos momentos.
La democracia, el buenismo y la sociedad de consumo han matado la lucha social y la colectividad. Nada importante se mantiene solo y hace ya bastante tiempo que diferentes grupos sociales se están movilizando contra este tipo de abusos. Y si persiguen a algunos responsables políticos hasta sus casas y les señalan, un aplauso y un olé para ellos. No es para menos.

miércoles, 10 de abril de 2013

DEP José Luis Sampedro. Un humanista ejemplar.

http://elpais.com/cultura/2013/04/09/actualidad/1365498483_787591.html

De la asamblea del 15-M de Chamberí (su barrio madrileño), al Ministerio de Cultura (que en 2011 le concedió el Premio Nacional de las Letras); de los vecinos anónimos de Mijas (donde pasaba parte del invierno) a sus ilustres colegas de la Real Academia Española (que en 1991 le vieron ocupar el sillón F), pocas veces un intelectual español habrá sido tan llorado en sitios tan distintos como José Luis Sampedro. Novelista y economista, referente para los críticos del capitalismo salvaje y profesor de varios ex ministros de Hacienda, el autor de Octubre, octubre y Realidad económica y análisis estructuralmurió en su casa de Madrid el domingo pasado, pero la noticia solo se ha conocido hoy, cuando sus restos ya habían sido incinerados.
Sampedro tenía 96 años y ninguna gana de protagonizar “el circo mediático en torno a la muerte de los famosos”, según explicó Olga Lucas, su viuda y colaboradora en los últimos años y en los últimos libros —de Escribir es vivir a Cuarteto para un solista, su despedida de la ficción, publicada en 2011—, la mujer que, decía el escritor, hizo que su moribundez fuera “muy satisfactoria”. “Nos dijo que quería beberse un Campari”, contó Lucas sobre los últimos momentos del escritor, “así que le hicimos un granizado de Campari. Me miró y me dijo: ‘Ahora empiezo a sentirme mejor. Muchas gracias a todos’. Se durmió y al cabo de un rato se murió”.
En 1991, durante su discurso de ingreso en la RAE, José Luis Sampedro afirmó que su dios era Jano —“el de un rostro a cada lado”—, y su vida tuvo siempre más de una cara. Nacido en Barcelona el 1 de febrero de 1917, el escritor vivió hasta los 13 años en Tánger, “un mundo que debería ser la tierra entera”, decía. “Los chicos llegábamos al colegio con diversas lenguas maternas, comprábamos golosinas con monedas diferentes, celebrábamos varias fiestas nacionales e incluso nuestro descanso semanal se repartía entre los días sagrados de tres religiones”. Así describía su infancia en ese discurso que le sirvió tanto para subrayar su calidad de “escritor furtivo” como para reconocer que el hecho de haberse dedicado a la literatura en las horas que le dejaba libres su oficio de economista había favorecido que, en su caso, marginalidad y autenticidad fueran más que una rima.
Cuando se estrenó como novelista con Congreso en Estocolmo (1951) Sampedro había escrito ya dos novelas que tardarían 40 años en ver la luz. También una obra de teatro. No en vano, el hombre que en 1977 entró en el Senado por designación real, pasó parte de la posguerra escribiendo con pseudónimo para espectáculos de revista protagonizadas por actrices que dormían en las butacas del teatro. Necesitaba el dinero, pero tuvo que dejarlo cuando le amonestaron en el ministerio de Comercio. Sampedro había llegado a Madrid en 1940 para estudiar económicas. Pensaba que la Economía sería útil para un funcionario de Hacienda y él lo era como “aduanero por oposición”. Había sacado la plaza siendo “un niño” después de dejar Tánger por Soria —”casi antes de la electricidad”— y Aranjuez —”un paraíso” con ventanas al jardín del Príncipe— para recalar en Santander poco antes de que estallara la Guerra Civil. Movilizado en el bando republicano, con la toma de la ciudad por los sublevados en agosto de 1937, el precoz funcionario fue reclutado por los franquistas. “No cambié de bando, me cambiaron”, decía. Por tradición familiar estaba más cerca de las posiciones conservadoras, pero pronto descubrió que la guerra no la habían gando los suyos.
José Luis Sampedro siempre dijo recordar la nobleza de los anarquistas con los que compartío batallón fugazmente, y durante toda su vida mantuvo una actitud lateral respecto al mundo literario y crítica respecto al financiero. Cuando miles de lectores se rindieron en los años ochenta y noventa del pasado siglo a obras como La sonrisa etrusca (1985), La vieja sirena (1990) o Real sitio (1993), su favorita, muchos descubrieron que el autor era un reputado Catedrático de Estructura Económica por cuyas clases habían pasado alumnos con apellidos como Boyer, Sochaga o Solbes.
“Solo los ingenuos y algún premio Nobel de economía llegan a creer que nuestro mercado encarna la libertad de elegir, olvidando algo tan obvio como que sin dinero no es posible elegir nada”, afirmó también en su ingreso académico alguien que reconocía que al capitalismo “le debemos el gran progreso que nos trajo desde las monarquías absolutas hasta las democracias surgidas de la Revolución francesa” pero que deploraba que la libertad no hubiera ido acompañada de la igualdad ni la fraternidad.
Fue su malestar con un tiempo cuyo libro sagrado, decía, es “el Evangelio según san Lucro” lo que acercó a Sampedro al movimiento del 15-M. En los últimos años, ni las cataratas ni la sordera consiguieron aislarlo del mundo. Ya nonagenario recordaba los versos de un poema que había escrito con 14 años y los puestos aduaneros de Hanoi y de Chile, que recitaba con la música de La casta Susana (versión de Marujita Díaz). Su lucidez estuvo siempre a la altura de su memoria. Cuando el periodista Jordi Évole le preguntó en su programa de televisión si antes de la crisis los españoles habían vivido por encima de sus posibilidades, José Luis Sampedro negó rotundo: también el crédito es una posibilidad, dijo. Si como economista sabía deslindar valor y precio, como escritor sabía desactivar con una sola frase cualquier lugar común.
OBRAS ECONÓMICAS
Principios prácticos de localización industrial (1957)
Realidad económica y análisis estructural (1959)
Las fuerzas económicas de nuestro tiempo (1967)
Conciencia del subdesarrollo (1973)
Inflación: una versión completa (1976)
El mercado y la globalización (2002)
Los mongoles en Bagdad (2003)
Sobre política, mercado y convivencia (2006)
Economía humanista. Algo más que cifras (2009)
El mercado y nosotros
NOVELA
La estatua de Adolfo Espejo (1939) -no publicada hasta 1994-
La sombra de los días (1947) -no publicada hasta 1994-
Congreso en Estocolmo (1952)
El caballo desnudo (1970)
Octubre, octubre (1981)
El amante lesbiano (2000)
La senda del drago (2006)
Cuarteto para un solista (2011) -escrita en colaboración con Olga Lucas-
CUENTO
Mar al fondo (1992)
Mientras la tierra gira (1993)
OTRAS OBRAS
Escribir es vivir (2005) -libro autobiográfico escrito en colaboración con Olga Lucas-
La escritura necesaria (2006) -ensayo-diálogo sobre su obra novelística y su vida. Edición y diálogo: Gloria palacios. Ed.Siruela.
La ciencia y la vida (2008) -diálogo junto al cardiólogo Valentín Fuster ordenado por Olga Lucas-
Reacciona (2011)

martes, 26 de marzo de 2013

Dedicado a mi pequeño Marco.

Y el cielo lloró de alegría …

Cuenta la leyenda que la Humanidad andaba perdida en fratricidas y cruentas batallas cuando Júpiter, rey de los dioses, desde el Olimpo, harto de tener que mediar continuamente para equilibrar las cosas en la Tierra, habló con El Creador tal que así:
-         Oh venerado Creador, sabes que no te molestaría si no fuera importante. De sobras es sabida tu continua ocupación en la creación de Todo, pero he intentado de todas las maneras posibles cumplir con tu encargo de mediar entre los humanos para que el Bien triunfe en el mundo, pero empiezo a pensar que tu más grande creación no tiene remedio.
-         ¿Por qué dices eso, oh valeroso Júpiter?
-         Día y noche, año tras año, las rencillas se multiplican, los conflictos se eternizan, el egoísmo se entrona y los males derivados de todas estas malas acciones apesadumbran a unos y a otros por doquier. Lo he intentado todo: en primavera las flores brotan con fuerza para enternecer el alma humana; en otoño el color de las hojas se torna ocre para satisfacer las ansias de observar cosas preciosas por parte de los mortales; en invierno el frío obliga a encender las hogueras y el chisporrotear de los maderos al fuego hace emerger bonitos sueños en sus primitivas mentes; y en verano, ¡ay en verano! Hice que el dios supremo de los egipcios brillase con fuerza en el firmamento para ablandar los corazones de los más obcecados, pero nada…. Parece que nadie quiera entender que la vida perecedera está tan limitada por el tiempo que no merece la pena perder ni un segundo en yermas disputas.
-         Así es amado Júpiter, pero debes comprender que ningún mortal es tan sabio como tú, que no les es fácil recorrer el arduo camino que les lleve a la felicidad.
-         Lo  sé, estimado Creador, lo sé, pero me entristece el alma ver como unos y otros desperdician sus efímeras vidas pensando en el futuro, cuando lo único que realmente poseen de verdad es su presente. Y que si tuvieran en cuenta únicamente esto, si viesen que en realidad son tan frágiles como un recién nacido, quizás, esa conciencia de su limitación temporal les haría entenderse mejor entre unos y otros.
-         Así sería seguramente…
Y mientras el diálogo entre Júpiter y el Creador continuaba, mientras los dos observaban con melancolía que sus mejores deseos parecía que nunca iban a cumplirse, mientras sentían en sus inmortales pechos el ansia de no encontrar una solución a un problema de tal envergadura, los dos empezaron a verter excelsas lágrimas…
Cuenta la leyenda que un 22 de febrero el firmamento se tornó de un color oscuro precioso como nunca antes. Era tan bello el espectáculo que podía contemplarse, que ningún humano ni Dios pudo resistirse a mirar al cielo. Dicen los más ancianos que la visión fue tan sublime, que en ese preciso instante la Humanidad entera se fundió en un abrazo fraternal con el que viejas rencillas quedaron subsanadas y con el que el mundo entero realizó un giro crucial para llegar a entenderse hasta la eternidad.
Lo que no saben los ancianos ni los dioses es que, al albur de esas lágrimas, nació en la Tierra un ser tocado por un halo divino. Un cachorro humano llamado Marco, que salió del vientre de su madre justo en el momento en el que el llanto de Júpiter y el Creador brotaban con más fuerza. En ese preciso instante, las lágrimas de tan insignes personajes dejaron de emerger por pena o por desazón y empezaron a surgir de alegría y de inmensa dicha. Tal era la felicidad de ambos, que en la Tierra la lluvia cristalizó en finos e increíblemente blancos copos de nieve, para goce de toda la Humanidad. Desde aquel preciso instante, se comenta entre los más sabios, que cuando nieva algo bueno está por venir

viernes, 1 de febrero de 2013

Después del ruido siempre llega el silencio.

Ha sido una semana para olvidar en multitud de aspectos relacionados con el ser humano. Parece que nadie se salva de la corrupción:
ni ayuntamientos, ni gobiernos regionales, ni el gobierno nacional, ni la corona, ni el deporte, ni los medios de comunicación, ni... Pero desde que decidí estudiar Humanidades la vida se ve desde otro prisma. El principal objetivo que tenía estudiando esta carrera se está cumpliendo y no llevo ni cinco meses dedicado a ello. Y es que nada mejor que una visión general de la historia de la evolución del ser humano para darte cuenta que los avances y retrocesos son normales en nuestro crecimiento como especie, pero que al final, por mucho que parezca que estamos retrocediendo, si lo miramos con perspectiva, justo estamos sentando las bases para volver a avanzar. Es evidente que el cambio de paradigma lo tenemos encima y que es más que probable que tengamos unas cuantas décadas convulsas, pero no por ello vamos a dejar de ver de forma positiva el mundo y en consecuencia las personas que lo habitan. Así que nada ni nadie me va a privar de disfrutar del arte, de la música, del cine, de la buena compañía, de un buen libro o de una buena cerveza. Y lucharemos para que todo cambie, porque hay muchas cosas para mejorar, pero siendo conscientes que somos pequeñas hormigas que no podemos venirnos abajo porque se nos inunde el nido alguna vez. Entre todos seguro que conseguiremos volver a construirlo y seguro que será más confortable y mejor.

lunes, 28 de enero de 2013

Mito de la caverna: ¿nos tomamos la pastilla roja?

La semana pasada colgué un vídeo explicativo del mito de la caverna con un título que me retrotrajo inmediatamente a reflexionar más profundamente sobre las analogías entre Matrix y este famoso mito. Puestos en faena, aproveché que el Pisuerga pasa por Valladolid y elaboré un escrito para la asignatura de Filosofía que a continuación reproduzco: El mito de la caverna es una explicación alegórica que aparece en el séptimo libro de La República y que se refiere a la situación del ser humano frente al conocimiento. Nos habla de la existencia de dos mundos, el mundo sensible, conocido a través de los sentidos, y el mundo de las ideas, sólo alcanzable mediante la razón. Y para explicarlo utiliza un mito que empieza describiendo como unos hombres permanecen encadenados en el interior de una caverna desde su nacimiento de forma que únicamente podían mirar hacia la pared de la misma. Tras la pared hay un pasillo y una hoguera y por el pasillo pasean unos hombres con unas figuras con formas humanas y de animales que los sobrepasan. Al no tener otro conocimiento, los presos creen que esas sombras que ven son objetos reales. Cuando un prisionero consigue salir al exterior pasa un tiempo hasta que se adapta. Aún así, acaba viendo la realidad de las cosas y vuelve al interior de la caverna para avisar a sus compañeros de lo que ha visto y ayudarles para que ellos salgan a verlo también. Pero los presos, acostumbrados desde la infancia a su realidad, se lo toman a broma e incluso le amenazan con matarlo si los liberan. Miles de reflexiones se han llevado a cabo respecto a este mito y el paralelismo con multitud de aspectos de la actualidad es evidente, con lo que puede dar mucho de sí todavía, pero yo voy a permitirme la licencia de constatar la semejanza evidente con una película de culto como es Matrix y situar ahí mi humilde reflexión. En este delicioso filme, Neo, interpretado por Keanu Reeves, es ese preso que, encadenado en su caverna, no conoce la realidad. Morfeo le insta a tomar una pastilla roja con la que conocerá la realidad y éste, al hacerlo, después de mucho sufrimiento, se sobrecoge al observar que todo lo que conocía eran sombras, que la realidad distaba mucho de la apariencia que conocía. En ese momento le dan la opción de tomar la pastilla azul para volver a su plácida situación inicial, igual que en el mito Platón nos habla de cómo la tentación de no enfrentarse a la realidad siempre existirá. Pero Neo lo rechaza, como debe rechazarlo cualquier filósofo que se precie. Discurren muchas aventuras y desventuras que podríamos asociar al proceso educativo que supone el conocimiento del mundo de las Ideas. En ese proceso aparecen potentes enemigos como el agente Smith, enviado de las máquinas para mantener la ilusión de realidad en los humanos, para que de esta forma puedan aprovecharse de su energía para su supervivencia. Este pasaje podríamos asociarlo a todos aquellos protectores del poder establecido, a todos aquellos enemigos de la verdad que poseen intereses espurios en el no esclarecimiento de la misma; todas aquellas personas que no ayudan al ser humano en su objetivo máximo en la vida. Al final de la película, Neo, el reo desencadenado que sale de la caverna, se enfrenta a sus enemigos y se convierte en el elegido que se responsabilizará en guiar a la humanidad hacia el conocimiento. Tal cual nos dice Platón en su mito cuando nos habla de la responsabilidad del conocedor de la verdad respecto a sus congéneres. Una película fantástica, que a mi modo de ver, se convierte en un mito de la caverna moderno, en el que las analogías con los perjuicios derivados del no conocimiento de la verdad, se convierten en el elemento central de ambas historias.

lunes, 7 de enero de 2013

Homero y Hesiodo: dos miradas de una misma realidad.

En Homero encontramos una radiografía de la sociedad arcaica desde arriba (reyes y aristocracia). En Hesiodo esa misma radiografía es desde abajo, los campesinos que sufren los abusos de poder, las inclemencia del tiempo o la injustica imperante.
La lucha de los personajes de Homero, guerreros o aventureros, se transforma en Hesiodo en la lucha diaria del labrador con la tierra, en la gesta del campesino que forma parte de una sociedad que necesita del trabajo para vivir.
En ambas obras se parte de un entramado mítico para desarrollar la historia y mientras que en Los trabajos y los días, encontramos una especie de calendario agrícola y  una serie de consejos sobre la forma de cultivar la tierra mejorando su aprovechamiento, en  La Odisea hay algunos pasajes en los que está presente la vida campesina, aunque no es el cuerpo fundamental de la obra.
Destaca, por ejemplo, en la página 185-186 de la traducción de Segalá y Estalella, la vida de los cíclopes, en la que Odiseo describe de forma negativa el tipo de existencia confiada y altiva de estos seres, que “confiados en los dioses inmortales, no plantan árboles, ni labran los campos, sino que todo les nace sin semilla y sin arada  […] y se lo hace crecer la lluvia enviada por Zeus” o en “no se ven ella ni rebaños ni labradíos, sino que el terreno está siempre sin sembrar y sin arar”. También en la página 269 el porquerizo Eumeo se apresta a la labor ciñéndose el cinturón como hace en Los trabajos y los días el que se dispone a emprender un viaje. En este mismo pasaje, ya en la página 270, Eumeo explica que cría a los cerdos para Odiseo, pero se los comen los  pretendientes de Penélope:  “Y yo guardo y protejo estas marranas y separando siempre el mejor de los puercos, se lo envío también”. Explica también como en Ítaca, Odiseo tiene una hacienda cuantiosísima, pensándose que habla con un viajero y es Odiseo transformado por Atenea.
Ambos poema escritos en hexámetros, pese a pertenecer a temáticas diferenciadas, se ven unidos por un contenido didáctico propio de la poesía épica griega, así como por un contenido moral lleno de enseñanzas ensalzándose en ambos el trabajo frente a la vagancia: “Tanto hombres como dioses odian a los holgazanes, que parecen zánganos en una colmena” o “No dejes nada para el día siguiente, ni para el otro día, porque el trabajo diferido no llena el granero”.
La familia, la dirección del hogar o la navegación serán otras temáticas tratadas por ambas obras que nos acercan, desde dos puntos de vista distintos, a una sociedad que daba los primeros pasos para convertirse en la cuna de nuestra civilización.[“