viernes, 1 de febrero de 2013

Después del ruido siempre llega el silencio.

Ha sido una semana para olvidar en multitud de aspectos relacionados con el ser humano. Parece que nadie se salva de la corrupción:
ni ayuntamientos, ni gobiernos regionales, ni el gobierno nacional, ni la corona, ni el deporte, ni los medios de comunicación, ni... Pero desde que decidí estudiar Humanidades la vida se ve desde otro prisma. El principal objetivo que tenía estudiando esta carrera se está cumpliendo y no llevo ni cinco meses dedicado a ello. Y es que nada mejor que una visión general de la historia de la evolución del ser humano para darte cuenta que los avances y retrocesos son normales en nuestro crecimiento como especie, pero que al final, por mucho que parezca que estamos retrocediendo, si lo miramos con perspectiva, justo estamos sentando las bases para volver a avanzar. Es evidente que el cambio de paradigma lo tenemos encima y que es más que probable que tengamos unas cuantas décadas convulsas, pero no por ello vamos a dejar de ver de forma positiva el mundo y en consecuencia las personas que lo habitan. Así que nada ni nadie me va a privar de disfrutar del arte, de la música, del cine, de la buena compañía, de un buen libro o de una buena cerveza. Y lucharemos para que todo cambie, porque hay muchas cosas para mejorar, pero siendo conscientes que somos pequeñas hormigas que no podemos venirnos abajo porque se nos inunde el nido alguna vez. Entre todos seguro que conseguiremos volver a construirlo y seguro que será más confortable y mejor.