lunes, 17 de junio de 2013

La fuerza de la palabra.

"Una palabra puede ser una caricia o un arma, por eso hay que utilizarlas con responsabilidad”



El diálogo, la lectura y la escritura nos cambian la vida, es el subtítulo del libro La Palabra al Desnudo, de Sergio Sinay. En él, el reconocido escritor, periodista y consultor en vínculos humanos aborda uno de los temas elementales de la humanidad: la forma en que interpretamos el mundo y nos comunicamos. NOTICIAS POSITIVAS mantuvo una larga charla con el autor sobre esta temática: “Desde siempre, la palabra es mi herramienta de trabajo, pero también de exploración y relación con el mundo. Es clave para conectarme con las personas que trato”, destacó.
Sergio.Sinay.1-NOTICIAS.POSITIVASPara Sinay, la importancia de la palabra está dada en su carácter de creadora del mundo, “no físicamente, sino que lo crea para la experiencia humana de vivir el mundo. Una palabra mal empleada, o mal escrita, o de la cual no se conoce el sentido, da lugar a un mundo deforme. Si deformamos el lenguaje, deformamos el mundo que habitamos”. En este sentido, detalló que cuando la palabra nombra al objeto, éste se incorpora a la experiencia humana. “No es que sin la palabra no existirían físicamente los objetos; por ejemplo; el mundo podría estar lleno de elefantes, pero no formarían parte de nuestro conocimiento y nuestra experiencia hasta que no pudiésemos nombrarlo”. De este modo, al nombrar podemos incorporar esa realidad a nuestro registro y así hacerla inteligible.
A su vez, la palabra sirve para conectarnos con los otros: “Los seres humanos nos necesitamos los unos a los otros para existir y el diálogo es fundamental. Cada uno de nosotros cuando llega al mundo recibe un nombre, y un nombre es una palabra. La palabra que nos nombra. Un nombre siempre va a haber para todos, porque para que algo exista hay que nombrarlo”.

En esta temática que Sinay desarrolla a lo largo de su obra, se destaca una amenaza presente en nuestra comunicación: “Cada vez usamos menos palabras y así empobrecemos nuestro lenguaje”. En esta acción de reducir nuestro lenguaje se reducen las posibilidades de nombrar y poder conocer así todos los matices de nuestra realidad.
A su vez, cada palabra tiene un significado semántico pero también un significado emocional. “El semántico es un código en el cual casi seguro vamos a coincidir, pero el significado emocional no está en ningún diccionario porque es lo que liga a la palabra con una experiencia. La memoria a largo plazo está asociada a experiencias y se fija desde lo emocional, no desde lo intelectual. Todos vamos construyendo un vocabulario y, aunque no lo sepamos, de alguna manera está cimentado por nuestras experiencias emocionales. Si escuchamos bien a quien habla podemos incluso saber lo que siente”.
Teniendo en cuenta el significado emocional, en la vida de las palabras sus significados varían, “las palabras no tienen el mismo significado entre generaciones porque son distintos significados emocionales, palabras que antes eran insultos ahora son comodines, son muletillas que aparecen repetidas para rellenar la frase. Como si no alcanzaran las palabras”.

Sinay sostuvo que la pobreza del lenguaje es una cuestión de cómo se piensa, “nosotros podemos empezar a contar cosas de nuestra historia desde los 3 años, no porque antes no nos hayan pasado cosas sino porque no teníamos el lenguaje organizado, entonces no había forma de narrar las experiencias”. En este sentido, nuestra memoria transmisible está relacionada con el momento en que empezamos a tener un lenguaje organizado.
Sergio.Sinay.3-NOTICIAS.POSITIVASAsí, resaltó, una vez más la importancia de la palabra: “Se piensa en palabras, se transmite en palabras, para nosotros es un patrimonio. Cuando arrancó la humanidad hubo que construir la palabra y se tardó mucho tiempo, no hay que perder el lenguaje porque volver al momento anterior a la palabra es volver al garrote”.
Finalmente, Sergio Sinay nos brindó una última reflexión para atesorar: “Ninguna palabra es una casualidad. Una palabra puede ser una caricia o un arma, por eso hay que utilizarlas con responsabilidad. No podemos usar así no más la palabra, sería una falta de respeto al otro ya que la palabra es un puente hacia el otro y revelaría poco interés en saber dónde vivimos y en explorar el escenario en el que va a tener lugar nuestra existencia”.
 
 

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